Este año nos está sorprendiendo conforme va pasando: posible tercera guerra mundial, incendios en Australia, coronavirus... y lo que nos queda.
Lo bueno de estas situaciones es cómo nos ponen a prueba a nosotros mismos, cómo nos adaptamos a la situación (algunos mejores que otros), cómo nos fortalecemos...
Todo esto nos está ayudando a valorar. Valorar la sanidad, valorar tu salud, valorar el tiempo libre, la libertad. Valorar lo más importante: tu familia, tus amigos...
Este mes me va a marcar para siempre, igual que a millones de personas en el mundo.
Durante este mes de confinamiento me he dado cuenta de muchas cosas:
Me he dado cuenta de lo mucho que quiero a mis amigos y de lo mucho que les estoy echando de menos. No soy una persona muy fiestera; muchas de las veces que salgo me aburro mucho, me parece todo muy monótono (sobretodo el mi pueblo): la misma gente, el mismo lugar... Ahora incluso me arrepiento de no haber disfrutado de todo eso lo suficiente.
Me he dado cuenta del asco que es la distancia. El no poder abrazar a alguien, no poder hacer planes porque no puedes salir, tener que mandar besos a través de una pantalla.
Otra cosa muy sorprendente es lo mucho que añoro ir a clase, aunque siendo sincera, no echo mucho de menos madrugar. Siempre me quejaba de las clases, que me aburría en ellas y que muchas veces no soportaba a la gente con la que iba a clase. Me he dado cuenta de que echo mucho de menos el coñazo que pegaban a veces esa clase tan desastrosa, pero a la vez tan única. Echo de menos los comentarios graciosos de algunos compañeros, las discusiones tontas que teníamos a veces... echo de menos sobretodo a Sheila (Sheila tía te quiero). A veces echo de menos a algunos profesores (ALGUNOS).
Este mes de confinamiento me ha ayudado a descubrirme a mi misma. He descubierto que sé dibujar y que soy muy manitas cuando quiero. También he descubierto mi lado más improductivo y que no me gusta nada porque hace que me sienta mal.
En realidad no me ha resultado tan difícil esta situación; el estar en casa con la familia viendo series siempre ha sido de mis hobbies favoritos.
Aún así, estoy deseando salir a la calle sin miedo a que me denuncien, de abrazar a mis amigos, de subirme al bus un día más y ponerme la música por el camino. Estoy deseando volver a los pasillos del IES y de disfrutar, por última vez, todo lo que me ofrece esta etapa.
No me gusta ponerme muy moñas, este tipo de textos hace que me ponga triste, pero hace que me de cuenta de lo mucho que tengo y de lo poco que lo valoro.
Espero que el próximo noticiario lo escriba desde el teclado del ordenador( pero con guantes, la seguridad es importante)
Ana, echo mucho de menos tus clases. Eres de las pocas profesoras con las que se puede hablar y tener una relación como la tendría con cualquier compañero.
Gracias por todo.
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